1. No tener objetivos claros
“Los objetivos que establecemos tienen que ser claros, tener en cuenta unas fases y una priorización”, destaca Isabel Pomar, al tiempo que recalca que la digitalización debe situar al cliente en el centro y tener en cuenta la productividad de la organización.
2. Dotación presupuestaria insuficiente
“Aunque la tecnología es cada día más asequible, hay muchos proyectos que se quedan a medias porque no los hemos dotado de presupuesto suficiente”, afirma la directiva. De esta forma, es importante pensar cómo vamos a financiar el proyecto y cuál va a ser el retorno de la inversión.
3. Infraestructura adecuada
El tercer aspecto a tener en cuenta, es analizar cúal es la infraestructura necesaria que requiere el proyecto a implantar. “Algunos proyectos se llegan a parar o incluso van más lentos porque no hemos tenido en cuenta los requerimientos mínimos”, señala.
4. Tener en cuenta los servicios de implantación necesarios
Otra consideración importante es tener en cuenta los servicios de implantación. “Aunque lo lleve a cabo un proveedor es muy importante que el cliente colabore. Además, es esencial definir la configuración de la herramienta ya que eso nos permitirá tener automatismos que luego mejoren muchísimo el rendimiento”, nos indica.
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Fuente: directivosygerentes.es
