Las empresas españolas, en especial las más pequeñas, propiedad de autónomos, dedican de media más de 10 horas semanales a reclamar pagos atrasados. La fuente del dato es la última edición del Informe Europeo de Pagos, elaborado por la multinacional sueca Intrum.
Este coste oculto, que en 2025 se sitúa exactamente en el equivalente a 10,12 horas semanales por autónomo y negocio, convierte a España en el quinto país europeo en el que mayor esfuerzo se destina a esta ingrata pero imprescindible tarea, por detrás de Suiza, Eslovaquia, Países Bajos y Austria.
Y la situación, lejos de corregirse, se ha vuelto especialmente preocupante en el caso de los autónomos y micropymes, cuya capacidad para absorber tensiones de liquidez es limitada. Del hecho, los autores el informe advierten de que casi un tercio de las pequeñas empresas cree que podría cerrar en menos de dos años si la economía no mejora, y la morosidad figura entre las causas clave.
La presión sobre la tesorería, la pérdida de tiempo productivo y el deterioro de las relaciones comerciales están provocando el cierre silencioso de miles de negocios cada año.
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Aunque la media de horas destinadas a gestionar impagos ha bajado ligeramente respecto a años anteriores (en 2023 era de 11,31 horas semanales y en 2024, de 10,61), el volumen de trabajo sigue siendo alarmante.