Ámbitos como el cuidado a los mayores y la formación online han recibido un impulso por la pandemia y el auge de la inversión socialmente responsable, ya que como vimos, no se trata de una tendencia, sino de una forma de entender que las necesidades de los consumidores han cambiado.
La inversión en pymes con impacto social, una buena idea
La inversión en pymes con impacto social no se ha frenado con la pandemia; de hecho, se fortalece por el replanteamiento de aspectos como la atención a las personas mayores y la empleabilidad de los jóvenes. La maduración de un contexto que echó a andar hace unos años también favorece estas nuevas prácticas.
El cuidado profesional de personas mayores es una salida laboral. Ya que son un grupo de riesgo y los que peor lo han pasado durante los primeros meses de la pandemia, es lógico apostar por su cuidado de la mejor manera y garantizando un cuidado de calidad. El corazón de las nuevas empresas son los cuidadores y los trabajadores sociales.
Las empresas prefieren invertir en otras organizaciones que tienen como prioridad en su idea de negocio, metas relacionadas con la responsabilidad social. Por ello, muchas que ya habían dado el paso, como la formación online y están asentadas entre el público, son atractivas empresarialmente.
El beneficio social, un logro para las dos partes implicadas
Prestar un servicio que inmediatamente crea un beneficio social, especialmente con la Formación Profesional de Grado Medio, que permite cualificar a los que no tienen ninguna cualificación en ámbitos tan necesarios como la enfermería y la informática, es de lo más interesante para un inversor. El beneficio será doble: para la sociedad y para ambas compañías.
Los jóvenes y los mayores son dos de los colectivos que peor parados han salido de esta crisis sanitaria y económica, por lo que ambos modelos de negocio son positivos y rentables.
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Fuente: pymesyautonomos.com