En la normalidad surgida tras el Covid-19 el consumidor hace un mayor uso de la tecnología para cubrir necesidades y demandas relacionadas con el consumo, el entretenimiento, el trabajo, la educación o sanidad, entre otros ámbitos.
Estos nuevos hábitos, convertidos ahora en costumbre, obligan a pymes y autónomos a adoptar la digitalización para estar en el entorno digital, allí donde están los consumidores, y dar respuesta a sus necesidades.
La digitalización, además, contribuye a que las empresas sean más competitivas, eficientes y sostenibles, una demanda que también se incrementa por parte de empresas y de usuarios.
Este proceso de transición que muchas empresas habían iniciado en los últimos años se ha visto acelerado por la llamada “nueva normalidad”, incluso a marchas forzadas: según un reciente estudio de Sage el 48% de las empresas encuestadas invertirá en digitalización para adaptarse a la normalidad derivada de la crisis.
Además el mismo estudio cifra en un 40% el porcentaje de empresas que ya ha adoptado medidas para digitalizar de sus negocios, y un 24% de ellas han adoptado el teletrabajo como principal medida para adaptarse al contexto actual.
Sin embargo, diferentes estudios realizados tras el confinamiento revelan que la digitalización de pymes y autónomos sigue siendo una asignatura pendiente en España.
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Fuente: economiadigital.es