El problema fundamental es que simplemente por su volumen no se trata de un colectivo homogéneo. Poco tiene que ver lo que necesita un notario con lo que demanda un repartidor de Glovo. Ambos están inscritos en el RETA, pero la misma medida puede ser reclamada por unos y rechazada por los otros.
El autónomo no tiene una única voz para negociar
Un ejemplo de ello son las diferentes asociaciones de autónomos. ATA, UPTA y UATAE, por citar tres de las principales, tienen posturas diferentes en muchos aspectos. Y a la hora de ejercer como interlocutores defienden muchas veces posturas antagónicas. Enfrente negocian con el Gobierno de turno y la patronal, que si tiene una postura más consensuada.
En estos días veremos cómo muchos de los partidos avanzan diferentes propuestas para intentar ganar el voto de los autónomos. No hay más que ver las últimas que se propusieron cuando se formo el Gobierno de Mariano Rajoy, muchas de ellas en el olvido, otras peor que cuando legislaron y solo unas pocas salieron adelante. Lo malo es que la experiencia nos dice que una vez pasadas las elecciones, los autónomos pasan al olvido.
El problema es que pasadas las elecciones los autónomos descubren que los Reyes son los partidos políticos
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Fuente: Pymes y Autónomos